Integración y
desarrollo de equipos de alto desempeño
Promover el trabajo en equipo implica desarrollar estrategias de
motivación que involucren la participación de todos los integrantes, que cada
integrante perciba que su contribución es necesaria y requerida para el logro
de los objetivos.
Es conveniente que todos los conozcan y revisen los resultados, es una
manera de crear retos colectivos y que implica un esfuerzo por mejorar cada vez
más los resultados que se obtienen y, por tanto, desarrollarse en el alto
desempeño. Lo primero a destacar cuando se trabaja con equipos es que la suma
de desempeños individuales destacados no siempre genera como resultado equipos
de desempeño destacable. La clave del desempeño de los equipos no está,
estrictamente, en las competencias de sus miembros individuales. La real clave
del desempeño de los equipos se encuentra en algo muy diferente: la particular
dinámica de relaciones entre sus miembros.
Todos hemos tenido la experiencia de haber participado en equipos en los
que sentíamos que cuando estábamos juntos perdíamos el tiempo y que más valía
haber estado haciendo algo por cuenta propia. Eso es precisamente el rasgo
característico de un equipo de bajo desempeño. En contraste con él, algunas
veces hemos tenido la experiencia opuesta. Hemos sentido que cuando estamos
trabajando juntos se logra hacer cosas que ninguno de sus miembros harían si
fueran dejados por su cuenta.
Contribución al
perfil
El taller Integración y desarrollo de equipos de alto desempeño
contribuye al fortalecimiento de las siguientes competencias generales y
directivas:
Desarrollo Humano
Trabajo en Equipo
Liderazgo.
Alto Desempeño
Tema
1: Contexto y razones de los equipos
“Saber trabajar en equipo es un estilo de
vida” - Nancy R. Lockwood
¿Qué
es un equipo?
Un
equipo son dos o más personas con una meta común que trabajan juntas para
lograr su objetivo deseado.
Organizaciones
basadas en equipos
Las
bases establecidas en 1951 por los precursores de los sistemas socio técnicos
(por ejemplo, el investigador Eric Trist) llevaron al desarrollo de enfoques
basados en equipos en las décadas de 1960 y 1970 en compañías como General
Foods y Procter & Gamble. El éxito de los equipos en una serie de compañías
durante las décadas de 1970 y 1980 (Kumis Engine, 1973; Digital Equipment
Corporation, 1982; General Electric, 1985; Boeing, 1987) condujo a la
comprensión generalizada de que organizar el trabajo en torno a equipos no era
una moda pasajera sino más bien una forma más eficaz de trabajar que la tradicional
organización funcional y jerárquica.
Cinco factores
clave para el éxito en emprendimientos de cambio basados en equipos
Los
equipos comparten una meta común: cambiar algo para mejorar y/o introducir
nuevos cambios para apoyar la estrategia y los objetivos de la organización.
Las iniciativas de cambio exitosas impulsadas por equipos tienen cinco factores
básicos en común:
1.
Meta de beneficio total
2.
Apoyo en todos los niveles
3.
Liderazgo a cargo de personas clave
4.
Un enfoque adaptativo planificado
5.
Conocimientos y destrezas
Características
de trabajadores en equipo eficaces
Un
trabajo en equipo eficaz requiere de una combinación de personas que tengan
diferentes estilos o enfoques del trabajo en equipo.
Ventajas de
funcionar como equipo
Los
equipos eficaces ofrecen una ventaja competitiva y pueden introducir mejoras en
una serie de áreas, entre ellas las siguientes:
Incremento en la flexibilidad de contratación.
Mejoras en los procedimientos y métodos de trabajo.
Aumento de la atracción y la retención.
Mejora en la tasa de rendimiento.
Incremento en la calidad de los servicios y productos.
Reducción de los niveles de apoyo al personal.
Mejoras en la toma de decisiones.
Reducción de la supervisión.
Desafíos para
los equipos de trabajo
Los
equipos de trabajo pueden tener que enfrentar numerosos desafíos, muchos de
ellos vinculados a la implementación, las expectativas cambiantes, y a los
procesos y sistemas organizacionales, y también a la cuestión fundamental de
aprender cómo funcionar en equipo.
ü
Incremento
potencial de los costos de capacitación; la necesidad de personal adicional de
apoyo para la capacitación.
ü
Incremento
potencial de los costos salariales.
ü
Resistencia
de la administración de línea media.
ü
Resistencia
de grupos de apoyo al personal.
ü
Incumplimiento
de expectativas de crecimiento y desarrollo personal.
ü
Potencial
conflicto entre participantes y no participantes si sólo se forman algunos equipos.
ü
Tiempo
perdido en reuniones de equipo.
ü
Impacto
sobre escalafones de carrera establecidos: organizarse en torno a equipos puede
cambiar el tipo de oportunidades en pos de las cuales estén trabajando los
empleados.
Tipos de equipos
§
Equipo
de trabajo transfuncional (también conocido como equipo horizontal): consiste
en empleados de diferentes funciones organizacionales que pueden tener
responsabilidad integral sobre una línea comercial, un procedimiento o un
cliente.
§
Equipo
de proyecto: Este equipo consiste de individuos que forman un equipo para un proyecto
específico.
§
Equipo
de trabajo funcional: empleados de un área en particular
§
Equipo
de trabajo auto dirigido: Un equipo que se auto administra. Este equipo puede o
no tener un líder y con frecuencia tiene la responsabilidad de elegir a sus
propios miembros, revisar su desempeño y tomar decisiones respecto a medidas
correctivas o despidos.
§
Fuerza
de tareas (semejante a un equipo de proyecto): encarar una cuestión estratégica
a largo plazo,
§
Equipo
de mejoramiento continuo (también conocido como círculo de calidad o equipo kaizen):
Se concentra en el continuo mejoramiento de los procesos.
§
Equipo
de alto desempeño: Típicamente, este equipo está conformado por los mejores talentos
y se concentra en objetivos estratégicos a corto o largo plazo.
§
Equipo
mundial virtual: reúne a miembros de todo el mundo y trabaja en un medio
virtual.
§
Equipo
ejecutivo: Este equipo consiste de ejecutivos que se reportan al director
general de operaciones. En ausencia del director general de operaciones, el
equipo puede asumir colectivamente la función de administrar las operaciones
internas y hasta tomar parte de la función de formulación de estrategias
privativa del director general de operaciones, así como administrar las
relaciones externas.
Liderazgo de
equipos
El
centro de atención de un líder de equipo tiene tres aspectos:
1)
Pensar en términos de administrar un equipo que necesita cumplir una tarea en particular
en lugar de pensar en individuos que se encargan de partes de un trabajo 2)
organizar al equipo para que funcione de forma productiva;
3)
concentrarse en el desempeño del equipo. Dependiendo de los requerimientos del
equipo, la función del líder puede variar.
El
líder del equipo actúa como un entrenador para obtener el compromiso de los
miembros del equipo y encontrar las mejores formas de utilizar sus talentos. El
líder del equipo también administra la interacción del medio de trabajo del
equipo y maneja los conflictos internos y/o externos.
Literatura e investigación
Team Member
Acquisition of Team Knowledge, Skills, and Abilities
Este
estudio exploró si la experiencia de trabajo en equipo, la capacitación para
trabajar en equipo, la orientación, la participación en deportes de equipo y
las orientaciones hacia el colectivismo/individualismo se relacionaban con los
conocimientos, las destrezas y las habilidades para trabajar en equipo en
resolución de problemas, comunicación, establecimiento y planificación de metas,
y resolución de conflictos.
Los
investigadores se pusieron en contacto con directores generales de operaciones,
propietarios de empresas y supervisores, y les pidieron que identificasen empleados
dentro de sus firmas que estuviesen considerados como buenos trabajadores en equipo.
La participación voluntaria de estos individuos suministró los datos para el
estudio.
Hubo
tres resultados clave:
1)
los individuos que contaban con orientadores eran más proclives a tener los KSA
requeridos
2)
los empleados cuyos equipos habían estado unidos por más tiempo y presentar
sólidas destrezas de trabajo en equipo
3)
los miembros de equipos que poseían capacitación en resolución de conflictos y
destrezas de trabajo en equipo reportaron tener importantes destrezas de
establecimiento de metas, resolución de conflictos y planificación.
Equipos que
escuchan y equipos que no
Exploring the
Role of Gender in Group Responsiveness to Negative Feedback
Los
autores destacan que, los hombres y las mujeres con frecuencia afrontan la
exigencia de trabajar juntos eficazmente, los equipos de ambos sexos tienen
dificultades adicionales para un desempeño eficaz. Esta investigación se basó
en la premisa de que cuando las opiniones indican que la estrategia de un grupo
es inadecuada, el modo en que los miembros respondan a dicha opinión puede determinar
el éxito o el fracaso definitivos del equipo. Los autores identificaron tres
fuentes principales de influencia con relación a la capacidad de respuesta del
grupo a opiniones negativas en un equipo mixto:
1)
funciones según el género
2)
percepción de la pericia
3)
patrones de atribución causal.
Es
preciso entender las diferencias de género y el origen de dichas diferencias.
Los autores indican que cuando se coloca a empleados del sexo masculino y del
sexo femenino en equipos mixtos sin que la organización comprenda la dinámica
entre
Ambos
géneros, el resultado más probable es que se pasen por alto las potenciales
fortalezas y flaquezas del equipo.
Cada
vez más, el trabajo en equipo es la norma en las organizaciones. Pero trabajar eficazmente
en un equipo presenta muchos desafíos. Los conflictos de relación y el
funcionamiento del equipo se encuentran íntimamente relacionados. Las
investigaciones previas documentaron que la eficacia y la satisfacción del equipo
sufren cuando un equipo experimenta conflictos de relación, es decir,
conflictos vinculados a gustos personales
Para
ser eficaces, los miembros pueden evitar las pérdidas de procedimientos ayudándose
mutuamente, cumpliendo con las exigencias y los requerimientos, coordinando
actividades y expresando sus opiniones e ideas. Los resultados del estudio
sugieren que las respuestas antagónicas y colaboracionistas ante un conflicto
de relación distraen a los miembros de sus tareas, mientras que las respuestas
evasivas constituyen una reacción que parece ser más funcional dado que permite
que los miembros del equipo continúen cumpliendo con su tarea.
Para
ser eficaces y cumplir sus metas. RRHH puede contribuir al éxito de los equipos
garantizando que cada miembro, el equipo como grupo y su líder tengan los
conocimientos y destrezas esenciales necesarios para trabajar juntos exitosamente:
capacitándose en los fundamentos de la formación de equipos y de la resolución
de conflictos.
Tema
2: Naturaleza de los equipos.
Atributos
de los equipos de alto desempeño
ü
Resultados
del desempeño
ü
Propósito
y visión específicos compartidos
ü
Responsabilidad
interna mutua
ü
Borrar
las distinciones formales
ü
Roles
de trabajo coordinados y compartidos
ü
Ineficacia
que lleva a eficiencia
ü
Calidad
extraordinariamente alta
ü
Creatividad
hacia la mejora continua
ü
Alta
credibilidad y confianza
ü
Claridad
de las competencias fundamentales
Nancy
R. Lockwood
Equipos
de alto desempeño—“Fuentes de sinergia, diseñadas para aprovechar el talento
reuniendo diversos puntos de vista, experiencias, criterios y capacidades, junto
con la información necesaria para resolver cuestiones de negocios” (Guttman y
Hawkes).
Introducción a
los equipos de alto desempeño
Los
equipos de alto desempeño abordan cuestiones complejas que tienen el potencial
de producir un impacto positivo significativo en la organización.
Una
serie de factores típicamente encontrados en la gestión de los recursos humanos
(HRM por sus siglas en inglés) afecta la viabilidad y eficacia de los equipos
de alto desempeño y el modo en que trabajan en conjunto, desde la contratación
de personal, pasando por las asignaciones de tareas y hasta la capacitación y
la comunicación
Estos
factores, junto con las características de un equipo de alto desempeño y un
sólido liderazgo de equipo, ejemplifican el carácter único del equipo de alto
desempeño.
Seis
prácticas de HRM típicamente encontradas en sistemas de trabajo de alto
desempeño
§
Contratación
de personal: procesos y dispositivos utilizados para reunir información;
diseñados para crear filtros para candidatos al empleo.
§
Remuneración:
el pago basado en el desempeño del grupo
§
Asignaciones
de trabajo flexibles: la participación en la rotación de tareas contribuye a la
expansión del desarrollo de destreza(s).
§
Trabajo
en equipo: relación positiva entre los equipos de trabajo auto dirigido y los
indicadores de desempeño de la firma.
§
Capacitación:
componente estándar de todos los HPWS y puede tener un impacto positivo.
§
Comunicación:
un proceso formal de comunicación es considerado parte estándar de un HPWS.
Existen,
sin embargo, potenciales barreras para el éxito: una falta de dirección y
propósito común, competencias y destrezas ausentes, y escasa disposición para
trabajar conjuntamente ante la aparición de conflictos. Para que un equipo de
alto desempeño sea eficaz, hay varios factores esenciales.
Barreras
para el desarrollo del equipo
Un sentido de dirección débil
Compromiso insuficiente o desigual con el desempeño del equipo
Brechas en destrezas críticas
Confusión externa, indiferencia y/u hostilidad
Características
de un equipo de alto desempeño
Un
equipo de alto desempeño eficaz exhibe ciertas características. El compromiso
con una visión compartida es esencial. Como el equipo trabaja íntimamente en
conjunto, es clave establecer relaciones sólidas para alcanzar altos niveles de
productividad. Las relaciones sólidas dentro de los equipos se caracterizan por
el sentido de responsabilidad mutua, la confianza, el respeto, la aceptación, la
cortesía y la comprensión. Ya que los equipos de alto desempeño tienden a usar
un estilo de “comunicación directa” su capacidad de regenerar relaciones
laborales frente a conflictos y desacuerdos es importante para el éxito del
equipo como un todo.
Factores
distintivos de los equipos de alto desempeño
Sólida plataforma de comprensión
Visión compartida
Atmósfera creativa
Propiedad de las ideas
Capacidad de recuperación a las dificultades
Generadores de establecimiento de contactos
Capacidad de aprender de la experiencia
Características
del liderazgo en un equipo de alto desempeño
Un
excelente liderazgo en los equipo de alto desempeño es el factor crítico que
mantiene unido al equipo y empodera al grupo para lograr su propósito. La
comunicación ocupa el puesto más alto de la lista de destrezas esenciales para
el liderazgo administrativo.
Capacidad de comunicarse
Autoconfianza
Fe en el trabajo en equipo
Capacidad de estar en control pero no de ser controlador
Enfocarse en los resultados
Capacidad de ayudar a los demás
Coraje
Integridad
Consejos para
mejorar la comunicación en equipos de alto desempeño
Uno
de los componentes de los equipos que usualmente se pasa por alto es la
capacitación, es decir, estar capacitado para entender la dinámica de un equipo
y la forma de trabajar con otros para lograr una meta común. A continuación se
ofrecen cinco recomendaciones para la comunicación en equipos de alto desempeño:
Construir relaciones sólidas en forma proactiva entre los integrantes del
equipo
Inspirar la escucha activa
Involucrar a todos los miembros del equipo todo el tiempo
Realizar lluvias de ideas para generar y evaluar ideas
Dominar el arte de la resolución de conflictos
Elementos
primarios para el lugar de trabajo de alto desempeño
Factores
adicionales que afectan la eficacia de un equipo de alto desempeño,
específicamente el ambiente laboral del equipo.
Colaboración
Privacidad
Movilidad
Anclajes
Acústica
Literatura e
investigación
Nuevas
reglas para el compromiso estratégico
Entre
las cinco reglas para el despegue estratégico, la regla número cuatro se centra
en la formación de equipos de alto desempeño en toda la organización. Los
equipos de alto desempeño exigen responsabilidad individual y colectiva a la
vez. Según este artículo, los equipos de alto desempeño comparten ocho
atributos que los preparan para la toma de decisiones
Los
autores sugieren que si la respuesta a cualquiera de las preguntas críticas es
“no” o “tal vez”, la organización quizá desee reconsiderar o reenfocar al
equipo y su propósito.
¿Son claras las misiones, metas y prioridades?
¿Los miembros del equipo representan a los actores “correctos”?
¿Cada miembro tiene funciones y responsabilidades claras?
¿Los miembros están comprometidos con la idea de ganar como un equipo?
¿Tienen un proceso acordado de toma de decisiones?
¿Existe un sentido compartido de propiedad sobre los resultados del equipo?
¿Se sienten cómodos lidiando con los conflictos de equipo?
¿Autoevalúan periódicamente sus progresos?
Liderazgo,
formación de equipos y características de los miembros en equipos de alto
desempeño para proyectos
Esta
investigación se concentró en los atributos de la construcción de equipo y de
las características de los miembros en equipos de alto desempeño para
proyectos, y en el impacto del administrador del equipo. Se estudiaron ocho
equipos de alto desempeño creados para proyectos en las industrias de la
construcción, manufactura y servicio militar, representando a 12 organizaciones
diferentes. Ubicados en diversas partes de los Estados Unidos y Canadá, los
miembros de los equipos tenían diferentes antecedentes funcionales
Los
resultados de la investigación fueron cualitativos y cuantitativos, basándose
en 51 entrevistas y una encuesta. De un total de 1,112 encuestas, se
identificaron 151 proyectos de alto desempeño. El 38% de los encuestados estaba
conformado por administradores de proyecto actuales y el 61% eran ex líderes de
equipos. Los encuestados habían estado trabajando en un medio de equipo para
proyectos durante un promedio de 14 años. Esta investigación identificó tres
grupos de factores clave con respecto a los equipos de alto desempeño para
proyectos
Características
del miembro de equipo
Sentido de pertenencia al equipo.
Sentido de propiedad del proyecto.
Sentido de que el éxito del individuo está vinculado al éxito del proyecto.
Sentido de finalización de otros proyectos.
Componentes
para la construcción de equipos
Participación del equipo en actividades formales de formación de equipo.
Participación del equipo en actividades informales de formación de equipo.
Recompensas para el buen trabajo de los miembros del equipo
Reconocimiento y celebración de los éxitos del equipo.
Características
del liderazgo
Comunicar las metas del proyecto.
Alinear las metas de los miembros del equipo con las metas del proyecto.
Fomentar una sensación de empoderamiento entre los miembros del equipo.
Fomentar la buena ética laboral.
La
investigación destinada a brindar una comprensión crítica de los factores que
afectan la implementación exitosa de los equipos de alto desempeño llevó al
desarrollo de un modelo conceptual para equipos de alto desempeño. La
organización del estudio de caso era una proveedora de grandes contratistas de
defensa en la industria aeroespacial y de defensa. La compañía tenía 52
empleados en planta y estaba organizada en una estructura funcional
tradicional. Debido a la competencia, la empresa tuvo que encontrar mercados
alternativos y desarrollar nuevas formas de operar para satisfacer los requerimientos
de antiguos y nuevos clientes a la vez. Formó un nuevo equipo de administración
que incluía a tres personas recién contratadas que aportaron nuevas ideas de trabajo
e identificaron oportunidades para mejoras y cambios. Durante los primeros tres
meses, los autores observaron al nuevo equipo de administración. El hallazgo
primario clave fue que el desempeño del equipo mejoraba cuando este se
concentraba en tareas con metas realistas que involucraban a muchos integrantes
del equipo. Los autores concluyeron que, si bien las destrezas técnicas del
equipo eran similares, como grupo no comprendían el pensamiento sistémico. Este
estudio de caso demuestra la importancia de los conocimientos y las destrezas,
y también de la necesidad de capacitación y desarrollo a fin de entender y
practicar la eficacia del equipo.
Elementos
constitutivos de los equipos de alto desempeño
Lectura:
Fuente Ovejuna o el secreto de los equipos de alto desempeño
Rafael
Echeverría
Una
de las ofertas más frecuentes en el mundo de la consultoría de empresa promete transformar
los actuales equipos de trabajo en equipos de alto desempeño. Salvo escasas excepciones,
quienes las contratan suelen terminar profundamente desilusionados. La brecha
entre lo prometido y las expectativas generadas, por un lado, y los resultados posteriormente
alcanzados, por el otro, es frecuentemente abismante. Es necesario reconocer
que durante los últimos años se han hecho avances importantes, primero, para
comprender el secreto que subyace en el desempeño de los equipos y, luego, para
realizar transformaciones capaces de sorprender a los más incrédulos. Estos
avances se han realizado de manera dispersa, pero una vez integrados en una
propuesta coherente, suelen producir lo que pareciera ser un milagro. Equipos
que durante un largo tiempo exhibían desempeños mediocres, son transformados en
equipos que sorprenden no sólo a sus clientes, sino también a sus propios
miembros. El secreto es la combinación de muy diversos factores
La dinámica de
las relaciones
El
término desempeño es muy especial. Por un lado apunta a la acción, al
comportamiento. Pero va más lejos. Tiene el gran mérito de mirar ese comportamiento
desde la perspectiva de los resultados que genera. Acción y resultados aparecen
como dos facetas indisociables del desempeño.
La
real clave del desempeño de los equipos se encuentra en algo muy diferente: la
particular dinámica de relaciones entre sus miembros.
Este
factor no logra ser percibido si observamos la manera cómo cada individuo se comporta
aisladamente. Lo importante es cómo los miembros del equipo se comportan en conjunto
en la flecha del tiempo. Esa dinámica de relaciones es la que determina que en algunos
casos el desempeño de un equipo sea inferior, equivalente o superior a la suma
de las acciones individuales de sus miembros.
Todos
hemos tenido la experiencia de haber participado en equipos en los que
sentíamos que cuando estábamos juntos perdíamos el tiempo y que más valía haber
estado haciendo algo por cuenta propia. Eso es precisamente el rasgo característico
de un equipo de bajo desempeño. En contraste con él, algunas veces hemos tenido
la experiencia opuesta. Hemos sentido que cuando estamos trabajando juntos se
logra hacer cosas que ninguno de sus miembros harían si fueran dejados por su
cuenta.
La
dinámica de un tal equipo afecta a todos sus miembros de tal forma que el estar
juntos se traduce en una motivación permanente, en la apertura constante de
nuevas posibilidades, en aprendizajes inesperados y, lo que es más importante,
en resultados que nos asombran a todos. Cuando, bajo esas condiciones,
preguntamos quién fue el responsable de lo que se generó, descubrimos que nos
cuesta apuntar a una persona en particular. La mejor respuesta pareciera ser
“Fuente Ovejuna”, lo que equivale a decir, “Fuimos todos” o, mejor dicho, “Fue
la dinámica que todos fuimos capaces de generar al trabajar en conjunto.”
Cuatro dominios
de intervención
En
nuestra metodología para transformar equipos de trabajo, distinguimos cuatro
dominios de intervención, ninguno de los cuales puede ser ignorado. El primero
de ellos es el dominio de la renovación. Cuando hablamos de competencias,
reconocemos dos áreas diferentes: las competencias técnicas y las competencias
genéricas. Las más importantes son las segundas; es aquel que llamamos de la
dirección del equipo. Un equipo que no sabe dónde va y cómo llegar donde se propone,
simplemente no puede ser un equipo de alto desempeño. Este es un factor del que
no puede prescindirse. El tercer dominio es aquel de la adecuación del equipo a
la estructura y políticas del sistema del que es parte. Por mucho que uno
busque transformar a un equipo, si el sistema al que pertenece es incoherente
con los cambios introducidos, tarde o temprano el sistema volverá a absorberlo,
a menos que el propio equipo emprenda la transformación estructural de su
sistema.
Todos
esos dominios no pueden ser olvidados. Sin embargo, éstos no son los dominios
donde se guarda el secreto del factor clave del desempeño del equipo. Tal
secreto reside en un dominio diferente: se trata del dominio de la interacción,
clave del tipo de dinámica que predominará en el equipo. Si ponemos adecuada
atención a este dominio, las posibilidades de intervenir en los otros tres dominios
se expanden significativamente.
Uno
de los insumos importantes a nuestro modelo de intervención cuando trabajamos
con equipos, proviene de la investigación realizada por alrededor de doce años
en el Capture Lab, de EDS, empresa de la General Motors, y dirigido por el Dr.
Marcial Losada. El Dr. Losada estudia la dinámica de funcionamiento de los
equipos cuando están reunidos para discutir su misión estratégica. Su principal
conclusión es que el criterio de diferenciación del desempeño de los equipos es
la conectividad que exhiben sus miembros en su dinámica de relaciones. En
términos muy generales, la conectividad permite ser definida como la capacidad
que muestran los miembros del equipo para expandir con sus acciones las acciones
de los demás y para expandir sus propias acciones a partir de las acciones de
los otros. En otras palabras, este estudio nos señala que la conectividad es el
secreto del desempeño de los equipos.La conectividad y la competencia genérica
del escuchar.
La
conectividad, sin embargo, es un resultado de una determinada de dinámica de relaciones.
Y mientras la conectividad siga siendo vista sólo como un resultado, el
secreto, aunque reconocido, seguirá siendo secreto. Para descubrirlo, para
revelar su poder y su misterio, es preciso traducir ese resultado en acciones;
es preciso identificar aquellas acciones que generan la conectividad. Es allí
cuando nuestros propios desarrollos conceptuales en Newfield Consulting
muestran ser particularmente poderosos. A partir de ellos, la conectividad
revela estar fundada en una competencia genérica particular: la competencia del
escuchar. Sostenemos que la conectividad se produce como resultado de la competencia
de un escuchar altamente efectivo. Sí, estamos en el dominio de la acción y,
por lo tanto, estamos en condiciones de abrir el espacio al aprendizaje y la transformación
para conducir a individuos y equipos por la senda del alto desempeño.
Uno
de los aspectos importantes que cabe destacar en torno al escuchar es que de él
no sólo es responsable el oyente, es también responsable el orador. En rigor,
del escuchar somos corresponsables oyente y orador. Si el oyente sabe escuchar
de manera efectiva, ello le permitirá aumentar su conectividad con los demás,
comprender mejor al otro y permitir que éste último pueda transformarlo con lo
que le dice y llevarlo a pensar y a actuar en forma diferente. Sin embargo, el
propio orador puede también con su hablar generar la escucha de la que orador inicialmente
carece.
Para
desarrollar el escuchar y, por ende, la conectividad, cabe desarrollar algunas importantes
competencias en la manera como nos hablamos.
A
partir de este momento, al intervenir en el dominio de la interacción,
disponemos por tanto de dos caminos de aprendizaje. El primero de ellos,
consiste en adiestrar al equipo en la competencia genérica del escuchar
efectivo. El segundo camino de aprendizaje significa trabajar simultáneamente
en el desarrollo de algunas competencias genéricas claves asociadas con las
formas de hablar que logran expandir la escucha de los demás. Al combinar estos
dos caminos, se incrementa la conectividad en la dinámica de relaciones del equipo
y, como resultado, se comienzan a observar resultados sorprendentes en el desempeño
del equipo.
Evidentemente
es imposible detallar la particular metodología que aplicamos en nuestros
programas de formación y consultoría, en un breve artículo como éste. Sin
embargo, si podemos apuntar a algunas pistas que permiten reconocer que ello es
perfectamente posible. Hemos identificado ocho subdominios que están presentes
en la manera como hablamos con los demás y que tienen la capacidad de impactar
de manera significativa la manera como somos escuchados. La importancia del
espacio emocional y de la positividad.
Uno
de los subdominios de mayor impacto en generar la deseada conectividad en los equipos
guarda relación con lo que llamamos el carácter del espacio emocional que constituimos
en nuestras conversaciones. Uno de los resultados que plantean las investigaciones
realizadas en el Capture Lab de EDS es que la conectividad en los equipos se
incrementa sustancialmente cuando predomina la positividad por sobre la
negatividad, en el espacio emocional que exhibe su particular dinámica de
relaciones.
Mientras
la positividad expande la escucha mutua, la negatividad la restringe. Es importante,
por lo tanto, conducir a los equipos a mantener la preponderancia de la positividad.
Para hacerlo, hemos descubierto que es importante desagregar los factores emocionales
que inciden en la tasa de positividad versus negatividad del espacio emocional.
Para tal efecto, trabajamos con cinco ejes emocionales.
El
primero de ellos lo denominamos el eje emocional del aprendizaje. Lo que aquí
importa es hacer predominante en el equipo la emoción de la humildad versus la
arrogancia, cuando se enfrentan situaciones nuevas en las que no estamos
adecuadamente preparados. El segundo, es el eje emocional de la gestión de
diferencias. La manera cómo el equipo encara situaciones en las que sus
miembros discrepan resulta ser determinantes. En los equipos de alto desempeño
predomina el respeto por las diferencias, en los de bajo desempeño se impone la
invalidación y descalificación. Esto puede ser corregido.
Por
último, tenemos tres ejes emocionales asociados a la estructura de la
temporalidad: pasado, presente y futuro. En lo que se refiere al pasado,
prevalece la aceptación, en los de bajo desempeño el resentimiento. En relación
al futuro, en los equipos de alto desempeño predomina la ambición y el
entusiasmo; en los de bajo desempeño, la resignación. El tercer eje emocional
es el del presente, prevale la confianza mutua entre sus miembros. En cambio,
los equipos de bajo desempeño se revelan estar dominados por el temor o el
miedo. Ello evidentemente compromete su conectividad. Todo esto puede ser también
perfectamente corregido. La cultura de alta impecabilidad
Un
segundo subdominio que incide también en la dinámica de las relaciones del
equipo, subdominio que, como otros, no aparece en los resultados del Capture
Lab, guarda relación con el grado de impecabilidad que los miembros del equipo
exhiben en el cumplimiento de sus compromisos.
Este
es un campo en el que somos particularmente fuertes. Para ello nos apoyamos en
los desarrollos producidos por el Dr. Fernando Flores, fundador de Business
Design Associates. Una de las cosas que les ofrecemos a nuestros clientes es el
ayudarlos a construir una cultura de alta impecabilidad. Para alcanzarla, es
importante desarrollar otras competencias genéricas importantes: las
competencias del pedir, del ofrecer y de hacer promesas.
Algunos
no saben o no se atreven a pedir o a ofrecer. La gran mayoría si bien lo hacen,
son altamente inefectivos al hacerlo, comprometiendo la efectividad del equipo,
obligando al retrabajo y produciendo desaliento.
Una
vez que una petición o una oferta son aceptadas, constituimos una promesa. La capacidad
de manejarse con fluidez en el arte de constituir y cumplir las promesas es determinante
en el desempeño de los equipos. Si existe una alta probabilidad de lo que se promete
no se cumpla de la manera cómo fue prometido, la escucha de tendremos de las promesas
que se hagan y, por ende, la conectividad del equipo, quedan comprometidas.
Pero
el problema no sólo asegurar que el equipo exhiba una alta de cumplimiento en
las promesas que realiza. Es también importante aprender a hacerse cargo de
aquellas situaciones inevitables en las que el cumplimiento aparece
comprometido. Todo ello constituye un dominio de aprendizaje y transformación.
En
tercer subdominio de aquellos ocho que hemos identificado en nuestro modelo de
intervención. Éste ha sido desarrollado por el profesor Chris Argyris, de la Universidad
de Harvard por sus discípulos, como el Dr. Robert Putnam, de Action Design. Lo
llamamos el dominio de las rutinas defensivas del callar. En toda conversación existe
una brecha entre lo que las personas piensan y lo que dicen. No decimos todo lo
que pensamos y ello no es necesariamente un problema. Sin embargo, cuando esta
brecha se acrecienta, sucede que aspectos muy importantes de lo que pensamos,
aspectos que comprometen el quehacer conjunto del equipo, son callados. Un
equipo en lo que esto acontece se convierte en un equipo enfermo. La palabra es
la moneda dura de todo equipo y el elemento básico de su cohesión interna y
efectividad. Pues bien, en los equipos de bajo desempeño esta brecha entre el
pensar y el decir suele ser crítica y sus miembros pronto aprenden a desconfiar
de lo que se dice. Dejan, en rigor, de escucharse; dejan de conectarse.
Es
importante descubrir qué conduce a un equipo a desarrollar estas rutinas
defensivas del callar, qué lleva a sus miembros a no revelar aspectos
importantes de lo que piensan, qué temores, qué experiencias del pasado que
todavía se mantienen abiertas, sin cerrar, ni menos cicatrizar. El problema de
estas rutinas defensivas del callar es que suelen hacerse invisibles. Los
miembros del equipo no sólo callan lo que piensan, también callan el hecho de
que callan, produciendo lo que Argyris llama el efecto del doble sellado, a
través del cual el fenómeno borra sus propias huellas. La intervención requiere
ser capaz de identificar esas rutinas defensivas del callar, disolverlas y
enseñarle a los miembros del equipo a tomar medidas para que ellas no vuelvan a
surgir. Todo esto es materia de aprendizaje.
Estamos
conscientes de que este artículo dejará muchas preguntas abiertas. No podía ser
de otra forma. Sólo hemos podido entregar algunos elementos muy puntuales de
una metodología que es bastante más amplia de lo que este espacio nos permite
exponer. Nuestro objetivo, sin embargo, ha sido procurar mostrarle al lector
que, en un campo muchas veces plagado de vanas habladurías, se ha producido un
vuelco fundamental que permite aprehender el secreto del desempeño de los
equipos y que nos entrega herramientas poderosas para intervenir produciendo
transformaciones sorprendentes.
Como
responsable de un equipo de trabajo:
Siempre se tiene más trabajo que tiempo.
Hay que planear y asegurarse de que lo planeado se ejecute.
Si no delega nunca le alcanzará el tiempo.
Si delega pero lo hace inadecuadamente, se sentirá insatisfecho con sus empleados y con lo que han hecho… y también
con usted mismo.
Si no delega, tarde o temprano, fracasará.
Delegar, Facultar o Empoderar tiene que ver con:
Facultar es una acción que permite a una responsable de Área, asumir mayores responsabilidades
y autoridad mediante la formación, la confianza y el apoyo emocional en y de su
equipo de Colaboradores.
Para facultar, es indispensable cultivar la confianza y la colaboración vs. La competencia
Intragrupal e intergrupal.
Desde luego, el estilo de Liderazgo debe evolucionar hacia el acompañamiento vs.
la fiscalización y el marcaje asfixiante.
Delegar con efectividad requiere de preparar el trabajo que deberá ser hecho, entregarlo
a quien lo hará, “controlar” la delegación y evaluarla.
Al delegar, se obtienen grandes beneficios para todos, por ejemplo: Queda más tiempo
para dirigir, se incrementa el potencial de promoción en el área, se desarrollan
las capacidades de las personas, se incrementa la capacidad de trabajo del
área, las decisiones se vuelven más rápidas y efectivas y aumenta la
flexibilidad de la operación.
Por
falta de experiencia, lleva tiempo explicar el trabajo, un error puede costar
demasiado, rapidez de la actuación, hay cosas que no debo delegar a nadie, mi
gente está muy especializada y ocupada, la gente no está dispuesta a aceptar
más responsabilidades, preocupa la falta de control, me gusta estar ocupado y
tomar mis propias decisiones, me da miedo delegar.
Algunas
personas no aceptan que se les delegue por falta de incentivos, falta de
información, evasión de responsabilidad, miedo e inseguridad, “no es mi
función”, desconfianza hacia el directivo o la empresa.
Para
delegar es necesario:
Deseo de cambiar y mejorar
Personal adecuadamente capacitado (madurez laboral y actitud para la tarea)
Considerar la Cultura de la Organización y su posible impacto en el delegar.
Seguridad en sí mismo
Disposición a asumir riesgos
Confianza en el equipo
Paciencia
Delegar lo más posible
Considere capacidad, nivel de trabajo e interés del los miembros del grupo de trabajo
Defina con toda claridad: objetivos e importancia de los mismos, oriente, establezca
criterios de evaluación, otorgue la autoridad necesaria, apoye el proceso,
evalúe todo el proceso.
Otorgar autonomía
Desarrollo
de equipos de alto desempeño
Dos
razones básicas por las que las compañías se organizan en torno a equipos son:
para empoderar a los empleados y así obtener una contribución más integral, y
para incrementar la productividad organizacional.
Etapas del
desarrollo de un equipo
1.
Formación:
Transición de estatus individual a estatus de miembro. Se pone a prueba la
capacidad de guía del liderazgo.
2.
Turbulencia:
Cuando los miembros del equipo se ponen impacientes con respecto a la falta de progreso,
a menudo no están de acuerdo en los pasos a dar.
3.
Normatividad:
Los miembros del equipo se aceptan mutuamente como parte de un grupo, definen
sus roles y las reglas de convivencia, y confrontan y concilian las lealtades
en competencia
4.
Ejecución:
El equipo ha conciliado relaciones, funciones individuales y expectativas, y
ahora comienza a ejecutar
Lectura:
El arte de la retroalimentación en los equipos de alto desempeño
Rafael
Echeverría
La
práctica de entregar y recibir juicios es lo que llamamos el arte de la
retroalimentación o “feedback”. Su importancia en el desempeño tanto individual
como colectivo no debe extrañarnos. La manera como los individuos intercambian
juicios tiene efectos múltiples. Ella incide de manera importante en la
emocionalidad del grupo y su disposición a la acción. Afecta la calidad de las
relaciones interpersonales y la confianza que los miembros mantienen entre sí y
con el equipo como un todo. Compromete las posibilidades de aprendizaje, de
mejoramiento e innovación del equipo.
Intercambiar
juicios, no es fácil. Nuestra primera reacción suele ser defensiva. Resistimos
la crítica. Nos sentimos cuestionados como persona. En muchas oportunidades, no
podemos evitar sentirnos ofendidos o avergonzados.
Acudimos
espontáneamente a factores externos, en los que diluimos nuestra responsabilidad,
para explicar y luego justificar los resultados insatisfactorios.
Desarrollamos
múltiples mecanismos para evitar la crítica.
Sin
embargo, sabemos que nuestra posibilidad de modificar los factores externos,
como lo son el comportamiento de los demás, es más difícil que corregir nuestro
propio comportamiento. Cuando las reacciones defensivas son compartidas por
todos los miembros del equipo y cuando a la vez que reacciona defensivamente
cuando alguien apunta el dedo hacia él. Bajo estas circunstancias, nadie
termina haciéndose cargo de nada.
No
sólo resiente el aprendizaje individual, sino que restringe las posibilidades
de aprendizaje de la organización como sistema, limitando su capacidad de
reacción, mejoramiento e innovación. La principal fuente de innovación surge
del interés de hacerse cargo de lo que no funciona, de las insuficiencias que exhibe
nuestro desempeño. Si la posibilidad de conversar sobre estas insuficiencias
está limitada, limitaremos también nuestra capacidad de innovar. Todo ello
redunda, en la efectividad, rentabilidad y competitividad de las empresas.
Parte
del problema, reside en el sentido que le otorgamos a los juicios, en la manera como los interpretamos, lo que
remite, por lo tanto, al tipo de observador que somos sobre los juicios. En
este respecto, se requiere un aprendizaje de segundo orden, capaz de generar un
nuevo observador.
La
segunda faceta del problema apunta a la manera cómo habitualmente entregamos y recibimos
juicios. Dada la forma cómo los entregamos, no es de extrañar que las personas que
los escuchan reaccionen cómo lo hacen. Y dada la manera cómo reaccionamos
cuando nos confrontamos con juicios críticos, tampoco es de extrañar que muchos
prefieran no entregarlos, comprometiendo con ello las posibilidades de
aprendizaje y mejoramiento tanto individual como del equipo.
Es
importante advertir que cuando optamos por callar nuestros juicios críticos,
ellos no desaparecen. Sólo quedan donde el otro no los ve. Sin embargo, allí
están y su presencia, aunque invisible para algunos, no les resta operatividad.
Muchas veces el otro si bien no los escucha, los siente pues ellos afectan
irremediablemente el comportamiento de quién los tiene y sus relaciones con los
demás. Juicios críticos que no son adecuadamente ventilados, ejercen un efecto
tóxico en las relaciones y contaminan el desempeño de los individuos.
Este
efecto tóxico opera independientemente del hecho de que hablemos o no de
nuestros juicios críticos como opera asimismo del propio efecto del callar.
Este lo que Argyris llama el efecto de “auto-sellado”. Hay algo que produce
determinados resultados negativos, dentro de los cuales está el hecho de que no
se puede hablar de estos mismos resultados negativos.
Cada
vez que enfrentamos una situación que pareciera no tener salida, es el momento
para poner en cuestión el tipo de observador que somos. Es el momento para
abrirnos a un aprendizaje de segundo orden, para revisar nuestras distinciones,
nuestros supuestos, nuestros juicios y nuestras interpretaciones. En este caso,
es el momento para revisar nuestra concepción sobre los juicios.
La concepción
ontológica de los juicios
La
llamamos “ontológica” por cuanto, como se verá, ella nos conduce más allá del tema
de los propios juicios, introduciéndonos en una comprensión diferente del
fenómeno humano. Ello nos lleva a replanteamos nuestra concepción sobre el tipo
de “ser” que somos los seres humanos.
1.
Al
hablar de los juicios, es importante distinguirlos de las afirmaciones. Se
trata de dos actos de lenguaje diferentes. Esta diferencia, sin embargo, no es
siempre obvia.
2.
Los
juicios pertenecen a la categoría opuesta a las afirmaciones. Los juicios son
un fenómeno declarativo. A través de las declaraciones, alteramos el mundo.
Cada ser humano comparte con otros espacios y tiempos. Sin embargo, sus mundos
son diferentes
3.
Al
reconocer que los juicios son un fenómeno declarativo podemos relacionarlos con
el criterio de la autoridad. Su validez depende de la autoridad que les conferimos.
Su poder es el poder que les otorgamos y sólo tienen poder sobre quienes se lo confieren.
En la medida que los juicios son discrepables, es evidente que no podemos otorgarle autoridad a todos los juicios que
se hacen porque muchos de ellos serán contradictorios
4.
Mucho
sufrimiento humano descansa en el hecho de que no cuestionamos la autoridad que
le conferimos a un determinado juicio. Alguien, en algún momento, nos hizo un
juicio y éste nos persigue por el resto de nuestras vidas.
5.
Los
juicios le permiten a los seres humanos acotar el ámbito de lo posible y
orientarse con mayor confianza hacia el futuro. Hacen de brújulas en el tiempo.
6.
Un
aspecto importante en el dominio de los juicios guarda relación con nuestra competencia
para fundamentarlos. A diferencia de las afirmaciones, los juicios no serán
nunca verdaderos o falsos.
7.
Un
equipo efectivo requiere crear un delicado balance entre un sustrato de juicios
compartidos (un sentido de “comunidad”) y un espacio para el libre
florecimiento de diferencias que expanda las posibilidades del equipo y lo
alimente en mejor forma para asegurar su viabilidad. que deba buscar mantener
un espacio crítico de diferencias.
8.
Todo
juicio remite a los comportamientos de los individuos y no a su persona. La caracterización
de una persona se realiza siempre a partir de los juicios que emitimos sobre su
comportamiento, sobre sus acciones.
9.
El
aprendizaje es el instrumento principal del que disponemos, tanto en el ámbito individual
como de equipo, para expandir nuestra capacidad de acción, ser más efectivos pero,
por sobretodo, estar en un proceso de permanente reinvención de nosotros mismos
10. Nuestra
capacidad de aprendizaje es tributaria de nuestra capacidad de aceptar juicios críticos
sobre nuestros desempeños, de observar áreas de mejoramiento, áreas de superación.
Quién resiste ser criticado, quién no tolera poner sus acciones en cuestión,
Las
principales incompetencias en torno a los juicios
A
partir de la sección anterior, podemos indicar ahora cuáles son las áreas más
frecuentes en las que las personas muestran incompetencias en el dominio de los
juicios.
1.
El
no saber distinguir juicios de afirmaciones y, por lo tanto, el considerar, en
algunas oportunidades, a determinados juicios como si fueran verdaderos y en
otras, como si fueran falsos.
2.
Relacionado
con lo anterior, el no reconocer el hecho que los juicios son por naturaleza discrepables.
3.
El
no saber discriminar a cuales juicios les otorgamos autoridad y a cuáles no.
Esto es motivo de mucho sufrimiento.
4.
El
vivir permanentemente de los juicios de los demás y no de los juicios propios.
Hay muchos momentos en la vida en los que tenemos que despegarnos de los
juicios de los demás y resolver a partir de nuestros propios juicios.
5.
El
no saber fundamentar (fundar) nuestros juicios o no saber preguntarse por el fundamento
del juicio ajeno.
6.
El
no saber compartir sus juicios con los demás y por lo tanto no contribuir a
crear una cultura de convivencia sustentada en la creación de un trasfondo
compartido de inquietudes y juicios.
7.
Los
dos puntos que siguen apuntan a reconocer que los juicios las personas tienen
una doble referencia. Primero, como todo juicio, ellos remiten al observador
que los emite. Esta es su primera y fundamental referencia. El juicio que hago
sobre otro, tiene que ver con lo que me pasa a mí y con el particular
observador que yo soy.
8.
Pero
los juicios tienen siempre dos caras. La segunda cara remite a lo observado. El
juicio surge del encuentro de un observador con una determinada experiencia o
fenómeno. Cuando se trata de un juicio que compromete a una persona es
importante reconocer que dicho juicio remite al comportamiento de dicha
persona, a sus acciones.
9.
Conduce
a reconocer que no estamos atrapados en los juicios que se hacen de nosotros,
ni en aquellos que hacemos de nosotros mismos. Por el contrario, podemos
modificar tales juicios a través de la ejecución de acciones diferentes y podemos
acceder a dichas acciones a través del aprendizaje. Acción, reiteramos, mata
juicio.
10. Todo lo anterior
nos ayuda a evitar a vernos atrapados en los mecanismos defensivos que solemos
generar espontáneamente cuando recibimos juicios.
Decálogo de
competencias para entregar juicios
1.
Preparar el entorno, el cuerpo y la emocionalidad. La entrega de juicios
críticos suele ser una tarea delicada que tiene el riesgo de afectar la
sensibilidad del otro
2.
Crear contexto: traer a la conversación la visión compartida y el compromiso de
ambos interlocutores con ella.
3.
No etiquetar, ni personalizar. Las personas somos muy sensibles a ser
etiquetados o categorizados de una determinada manera y de sentirnos ahogados
por los juicios que se nos hacen.
4.
No generalizar, ni exagerar. Aunque no siempre es fácil entregar un juicio
crítico, no olvidemos que es más difícil escucharlo.
5.
No adscribir intenciones o motivos. Cada vez que adscribimos las otras
determinadas intenciones o motivos para actuar como lo ha hecho, corremos un
alto riesgo de equivocarnos
6.
Referirse a las acciones (al comportamiento) del otro. Si nuestros juicios
sobre el otroestán fundadas (es importante asegurarnos que lo estén antes de
abrir la conversación), ellos remiten a sus acciones, a su comportamiento.
7.
Hablar de cómo esas acciones “me” afectan o “en mi opinión” tienen resultados negativos,
señalando por qué no olvidemos que todo juicio remite al observador que los emite.
8.
No invocar el nombre de otros en falso. Hable por Ud. mismo. Si es posible, no
busque apoyarse en otros que no están en la conversación y frente a los cuales
nuestro interlocutor no puede contra-argumentar
9.
Indagar el punto de vista del otro: escucharlo. Durante todo el proceso de
entrega de juicios es necesario indagar el punto de vista del otro y verificar
si hay algunos factores que desconocemos que podrían alterar nuestro juicio. No
hay que descartar
10.
Pedir cambios concretos en el comportamiento del otro. El propósito de la
Retroalimentación
no es el desahogo. Es el cambio del comportamiento. Es importante, por lo
tanto, que ella concluya con compromisos claros de que se tomarán acciones que precisamente
diluyan esos juicios críticos.
Decálogo de
competencias para recibir juicios
1.
Preparar el cuerpo y la emocionalidad.
2.
Reconocer que se trata de juicios (y no de afirmaciones).
3.
Evaluar la concesión de autoridad.
4.
Apertura al escuchar Recibir juicios es fundamentalmente un acción de escucha.
5.
Indagar
6.
Chequear escucha.
7.
Legitimar el punto de vista del otro.
8.
Aceptar puntos válidos.
9.
Tomarse tiempo para responder